Desde
tiempos remotos el ser humano ha tenido la necesidad de explorar su medio y
divertirse, así el Juego se ha convertido en una ocupación de gran importancia
en la vida y desarrollo de este. Desde la Terapia Ocupacional, específicamente
el Marco de Trabajo de la AOTA, se concibe esta ocupación como “Cualquier
actividad espontánea u organizada que otorga placer, gozo, entretención, o
diversión”(Parham & Fazio, 1997, p.252).
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El juego
entrega múltiples beneficios, destacando valores a nivel físico, intelectual,
social y emocional, que son importantes para el desarrollo del niño/a y del ser
humano en general. Por ejemplo, el juego permite satisfacer la necesidad del niño/a
de expresarse y de actuar sobre las cosas que lo rodean, de crear y ejercitar
su voluntad. Además, mediante este, el niño/a se pone en contacto con sus
semejantes, aprendiendo a actuar socialmente.
El juego
también permite el relajamiento y desahogo de tensiones emocionales, otorgando
al niño/a un medio para explorar lo conocido y desconocido, probándose a sí
mismo y experimentando la alegría de triunfar y superar dificultades, lo que
influye en la formación de su personalidad.
Es así
como en esta exploración y búsqueda de entretenimiento, se han creado los
juguetes como un medio concreto que facilita y fomenta el juego. Estos han
surgido desde los propios niños como diseñados por los adultos.
Es en relación a este último que se nos presentó
una situación hipotética, la de una niña que le gusta hacer collares,
anillos y otras. Ella presenta un diagnóstico médico de parálisis cerebral tipo diplejía espástica, asiste a rehabilitación y participa en una escuela con proyecto de integración, entre otros antecedentes. Es ante esta situación, que se nos indicó diseñar y confeccionar un juguete, que a partir de materiales
reciclados, fuese atractivo para que ella y abordara su problemática.
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El contar
con un medio que le permita interactuar es importante para la participación
social de la niña, el desarrollo de sus habilidades y reconocimiento de sí
misma, lo que le permite formar amistades y participar con sus pares, además de
explorar el mundo con sus propias destrezas.
Tener un
juguete le permite al niño/a explorar, crear y socializar, por lo cual se
vuelve una herramienta importante a la hora de realizar intervenciones en este
grupo etario, ya que dependiendo de su características permiten trabajar
diferentes habilidades de forma didáctica, interesante y atrayente para el
niño/a, lo que en el juego le otorga la conciencia de sus propias fortalezas y
debilidades, favoreciendo su desarrollo e interacción con el medio.
En el niño/a
el juego es una forma de expresión, de sentir, es su fantasía de vida; el jugar
es para él un logro natural y espontáneo. Esta oportunidad debe estar presentes
en Todos ellos, y en los adultos también.